jueves, 5 de noviembre de 2009

Acto Segundo: Suerte

Todos hemos oido -y repetido- que las desgracias no vienen solas (¿alguien ha oido lo mismo pero con la suerte?); pero otra cosa muy distinta es sufrirlo, o pensar que lo estás sufriendo -que no es lo mismo-.

¿Existe la mala suerte? ¿Y la buena? ¿Cuál es cuál? Objetivamente, que te toque la lotería es bueno; y que te caiga una maceta en la cabeza, malo. Y si nos metemos en el terreno de la subjetividad se le puede dar la vuelta a la tortilla.
Puesto que las cosas tienden a su estado de mínima energía, a su equilibrio, con la suerte no va a ser menos: una de cal y otra de arena. Que no te funcione el mechero o que pongan una canción que odias en la radio pueden ser síntomas de tu mala suerte. Y de ahí en adelante, un vórtice de pensamientos negativos. Por "suerte" sólo son rachas, el puto y desequilibrado vaivén de la vida. ¿Que cómo se sale de esa racha? desconozco si hay algún secreto (maldito sea quien lo conozca) así que al resto no nos queda otra cosa que paciencia y a esperar.

Con tantos avances y predicciones (meteorológicas, cuotas mercado...) no estaría de más que a alguien de diera por informar de los días en los que es mejor no levantarse.

Se lo agradecería encarecidamente.

1 comentario:

  1. Wow, me ha encantado.
    Genial eso de "por suerte".

    Y bueno, creo que los días de "mala suerte" en los que más valdría haberse quedado en la cama (el mío que he ido mala a clase y no ha venido la profesora...), también son necesarios... Si todo fuese fortuna, salud y felicidad, no te darías cuenta...

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